martes, 1 de abril de 2014

NO A LAS HORAS NEGRAS EN BMN



NO A LAS HORAS NEGRAS EN BMN



No regales tu tiempo, no regales tu vida. Supera tus miedos.



Es evidente hace ya mucho tiempo que en esta empresa se hacen “horas negras”. Son horas B, horas fuera del horario que se regalan a la empresa. Es de suponer que a nadie de manera natural se le ocurre trabajar más horas gratis, regalar su tiempo y su vida a la empresa. Por tanto, debe existir alguna manera de saber por qué sucede este fenómeno en todo el sector financiero.

¿Para qué sirve la prolongación de jornada?

La prolongación de jornada, las “horas negras”, forman parte de una estrategia empresarial más amplia. La finalidad empresarial es devaluar nuestros salarios y nuestro trabajo. Mediante las horas negras consiguen aumentos de productividad gratis y evitan contratar más plantilla.  

¿Cómo consiguen que les regalemos las horas negras?

Siguen una estrategia muy definida y que es igual en todo el sector. En varios puntos.

Primero. Seleccionan un determinado perfil comercial, con aspiraciones y responsabilidad y se dedican a alimentarlas con promesas de todo tipo. Nos fichan jóvenes y así trafican con nuestras expectativas durante largo tiempo. Siempre hay una promesa posible para alimentar una esperanza. La otra cara de la moneda es la responsabilidad que hace que no seamos capaces de irnos sin el trabajo bien hecho o sin ayudar a una persona que lo necesite (cliente o compañer@).

Segundo. Tratan de desconectarnos de todo: familia, amigos, de las actividades frecuentes de todo tipo, incluso de nuestro territorio mediante traslados. Intentan forjar una adicción al trabajo, que se convierta en lo único en nuestra vida. Sin nuestro entorno es más fácil que nos dediquemos solo a trabajar. Para ello nos someten a un permanente “secuestro emocional”. Algunas personas desarrollan incluso un “síndrome de Estocolmo” convenciéndose de lo importante que es “trabajar más”. El secuestro en las oficinas impide pensar y sentir, porque con un nivel de ansiedad de ese calibre lo único que se puede hacer es seguir “sacando faena” como autómatas. Es la sensación de achicar agua para que un barco no se hunda. Es una actividad tan prioritaria que cualquier otra cosa parece no importante.

Tercero. Trazan una estrategia de anulación de la voluntad y del pensamiento mediante tres conceptos: el control, el miedo y la retribución no fija (tanto en dinero como en “ascensos”). Pretenden robotizarnos, evitando cualquier creatividad y pensamiento alternativo. Se crea un discurso único, un pensamiento único. Por eso controlan permanentemente la producción con campañas aunque no aporten mucho a la cuenta de resultados. Quieren que sintamos el control constante. Quieren que tengamos miedo a no ascender, a quedarnos atrás, a que lo/as compañero/as nos miren mal, a no cobrar bonus. Y miedo a pensar mucho. Así se construye un sector bancario obediente, ciego y aterrorizado. Así llegamos a la situación actual y en lugar de avanzar en sentido inverso caminamos de forma suicida en el mismo sentido pero más rápido, con una irresponsabilidad corporativa evidente.

Cuarto. Usan una estrategia muy vieja y conocida: la de la rana hirviendo. Una rana que se lanza al agua hirviendo huirá inmediatamente, pero si se le va calentando el agua progresivamente morirá ahogada. Por eso tienes la sensación de que cada vez la cosa va a más, cada esfuerzo extraordinario se convierte en ordinario. La maquinaria no para y  nos asfixia de calor “comercial”.

¿Por qué regalamos las “horas negras”? ¿Cuál es la causa?

En las encuestas contestamos que por responsabilidad. Somos incapaces de ver sufrir a nuestro/as compañero/as y la responsabilidad nos impide irnos a casa sin un trabajo bien hecho. Pero es una respuesta a medias. Se puede decir que es un motivo pero no una causa. La causa evidente es la falta de plantilla para asumir el trabajo en el tiempo disponible, sin tiempo para descansar, sabiendo que nos harán sufrir, en un estado de ansiedad constante.

¿Qué efectos tienen las horas negras?

Todos los actos tienen consecuencias. Regalar “horas negras” es un chollo para la empresa que se beneficia de ellas. Pero suponen una triple estafa. Por un lado son una estafa laboral porque nuestros salarios se nos deprecian mucho. Son una estafa social pues las horas no se cotizan, al tiempo que impiden la contratación, en un país con 6 millones de parados. Y son una estafa personal porque nos las estamos robando a nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestra salud. Y lo pagaremos muy caro cuando el estrés pase facturas muy altas en nuestros cuerpos y en nuestras mentes.

¿Cómo acabamos con las horas negras?

Primero señalando las mentiras de la Dirección,  desmontando sus estrategias y el uso de la crisis como coartada para hacernos trabajar más. BMN declara beneficios pero, con los márgenes actuales, reconoce que la red no da más de sí por más que fuerce la máquina. La situación económica general no es buena pero suben los bonus de los directivos, siguen las reuniones en hoteles de cinco estrellas y tampoco reparan en gastos tecnológicos. Hay un margen de decisión sobre prioridades y, evidentemente, aumentar la plantilla no parece su prioridad a día de hoy.

Después denunciando sindicalmente la falta de plantilla y su consecuencia: la prolongación de jornada.  A nivel interno y externo, en la Inspección de Trabajo y en la sociedad, sabiendo que hay problemas graves fuera de la empresa pero pidiendo respeto para los nuestros.

PERO TÚ TAMBIÉN CUENTAS.

Dicho esto también existe en este tema una responsabilidad individual. Debemos ser responsables con nuestro trabajo, con nuestra familia y con nuestra salud. Y también con la sociedad. Debemos atacar la causa sindicalmente pero también combatir el motivo individualmente. La única manera de hacer evidente la falta de personal es que el trabajo sea inasumible. Y a veces sí, hay que irse a casa a descansar aunque parte del trabajo no haya salido perfecto, ante la imposibilidad de hacerlo todo. Hay que hacer respetar el horario. Se tiene que notar la ausencia para que entiendan que hace falta gente. En ese empeño siempre estaremos cerca, como compañeros, compañeras y como vuestro/as representantes. De esta forma, entre todos y todas, tenemos que acabar con las horas negras en BMN.

Digamos No a la Prolongación de Jornada en BMN. Exijamos una dotación de plantilla adecuada y actuemos para ello.

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